jueves, 2 de febrero de 2012

Haciendo limpieza

Hoy ha tocado limpieza, pero no ese tipo de limpieza que os estaréis imaginando, la de fregona, escobón y recogedor, no, limpieza cibernética, de la de coger los tres discos duros externos, mirar en su interior y borrar lo que no sirva para dejar espacio en ellos.
Y me he dado cuenta, que mirar en el interior de un disco duro, es como mirar en el interior de uno mismo, y que hay cosas, que quizás se pueden borrar pulsando una tecla, pero que jamás se van a marchar de nosotros aunque el caprichoso sistema operativo diga que ya no están.
Hoy me encontré, delante de una base de datos de correos electrónicos, en la que Inma y yo éramos dos extraños que hablábamos por Messenger, donde quedaba con mis amigos Chema, Frasco e Indalecio para tomar unas cañas y echar una partida de cartas y donde la responsabilidad que se me exigía, se medía con un número que plasmaba en un acta un señor a mediados de septiembre.
Poco a poco y avanzando en la base de datos, Inma iba escribiendo correos, y yo respondiendo, los amigos de las partidas de cartas tomaron caminos diferentes a los míos, y fueron otros amigos los que compartieron e-mails, cervezas, aventuras y desventuras.
La música también cambió en la carpeta de audio. En los primeros archivos, música Makina y hard-core fuerte, con ADN, Dj Scudero, Xavi Metralla, Pastis & Buenri, Bolo y Uri..., poco a poco, se fueron sustituyendo por El Barrio, Algiva, la Caja de Pandora, la Fuga, 3 doors down o Pignoise. Hubo algunos que vinieron y jamás se fueron: Revólver, OBK, Los secretos...
Decía Mercedes Sosa, en una vieja canción:
"Cambia lo superficial,
cambia también lo profundo,
cambia el modo de pensar,
cambia todo en este mundo.
Cambia el clima con los años,
cambia el pastor su rebaño,
y así como todo cambia,
que yo cambie no es extraño".
 
Esa es la sensación que me ha dado hoy al descubrir seis años de mi vida en 2,5tb de espacio, en 0,5kg de peso, en tres pequeños dispositivos... Todo mi entorno ha cambiado mucho, y creo que es mejor no pulsar la tecla que me desconecte con lo que fui de manera permanente, y tener siempre presentes las partidas de cartas con los amigos, las charlas con Inma por skype y messenger a las tantas de la mañana y los correos llenos de timidez e inocencia.
Sin lugar a dudas, soy más feliz ahora, pero aveces, haciendo ciertos los versos de Jorge Manrique, cuando le decía a su padre aquello de "como, a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado, fue mejor", me gustaba más la época de antes..., contradicciones que no me explico.

1 comentario:

  1. Hablando de limpieza... el pasado verano me puse a revisar mi disco duro externo y estuve leyendo los correos que les mandaba (y me mandaban) los profesores de la facultad... esos decidí guardarlos, así puedo recordar cómo era yo antes. Por cierto, a ver si actualizas El cuarto de los trabones que lo tienes abandonao... también espero más relatos tuyos. Abrazos.

    ResponderEliminar

Danos tu opinión