lunes, 20 de febrero de 2012

Un trabajo mal hecho. Primera parte

Un trabajo mal hecho
 
Tragedia en varios actos
 
Dicen que de los errores se aprende, y desde luego, esa es una frase muy cierta. Yo, como principiante en mi oficio, he cometido un error de bulto, de esos que solo cometen los que no tienen ni idea de como va el negocio, de los que luego, al pasar los años, los cuentas en el bar tomando una cerveza y hasta te ríes, pero ahora, ay ahora amigo mío, maldita la gracia que me hace...
Todo empezó con esta maldita crisis, a mis cuarenta y muchos años, tras veinte de contable en el Banco Dorniz mi jefe, Rasputín Tode Verano, decidió largarme, porque sí, porque a él se le antojó, decía que por la coyuntura, pero para mí que la coyuntura tenía nombre de mujer, medía 1,80 y usaba tacones. El caso es que me vi con tres adolescentes, que comen, gastan y protestan como leones, la leona madre, que también come y gasta, y aquí un servidor, que para qué negarlo, también tiene sus vicios, como los coches caros, las cenas caras y otras cosas caras que prefiero no nombrar aquí.
Cuando llevaba cuatro meses en paro y mi hija llorando me había dicho que la habían expulsado del club de padel por no abonar la letra del mes en curso, menudos cabrones, pensé, ya se acordarían de mí en el futuro, decidí pasar a la acción.
Me pasé esa tarde por el bar de siempre, por donde cuando yo no tenía donde caerme muerto me reunía con los que, tampoco tenían donde caerse muertos, y buscábamos ideas creativas e innovadoras para pagarnos las cosas caras a las que hacía mención en el párrafo anterior.
Allí estaba mi amigo Pepe Lota Pinchada, genio en el arte de sacar dinero de debajo de las suegras y al verme con cara de mascota recién comprada, perdón SR. Arjona, por plagiar su frase, pero esa es la cara que llevaba, se acercó a mí y me habló:
-Amigo Luciérnago, vislumbro por su situación, tanto anímica como financiera, que está usted pasando más hambre que el can de un deficiente visual, porque la última vez que lo vi sin un traje de Armani usted no tenía pelos en la base de los testículos, y hoy me viene con un pantalón que si no perteneció a su visabuelo, ha visitado la tintorería más veces que uno que dirigía a los valencianos.
-Vislumbra usted bien amigo mío, no atravieso mi mejor época, fíjese como será, que ayer fui a tomar una caña al Jazmín Floreado, flor y nata del señorío de la ciudad, y solo pude dejar de propina 35 euros, no como antes, cuando sacaba los billetes de 500 como el que saca tabaco.
-No se apure mi querido Luciérnago, que yo tengo la solución. Si sigue mis pasos, pronto sus arcas estarán tan repletas como la panza de un obispo en domingo, usted sabe que siempre he gozado de una imaginación saludable cual bebé de teta y hoy he tenido una idea que si la patentara, podría aglutinar 14 ceros en mi cuenta bancaria en un momento, como hizo el amigo de Gurb. Présteme atención, y deje en mis manos, el destino de su fortuna...
 
Continuará
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