jueves, 29 de marzo de 2012

Un trabajo mal hecho. Desenlace

Un trabajo mal hecho
 
Acto final
 
No podía ser. Aveces, es cierto aquello que dicen que el pasado siempre regresa a nosotros para ajustarnos las cuentas, y en mi caso, lo tenía ahí, en el ordenador, delante de mis narices. El maricón de Chema Tamoscas Con Cañones, ese pijo repelente que sacaba nada más que matrículas de honor en la facultad, aquel que nos restregaba que su padre era amigo del alcalde y que se tiraba a la secretaria del subdelegado del gobierno, ese enchufado de mala muerte, quería que yo me matara a mí mismo!
Pues mira tú por donde, me lo iba a cargar yo a él aunque no consiguiera ni un euro, pero me iba a llevar la satisfacción doble, por un lado de haber salvado mi vida, y por otro de haber quitado de enmedio a semejante cucaracha. Este individuo, junto con los comunistas, bien sabe Dios nuestro señor, que son las dos cosas que más odio en el mundo...
Fui al banco donde me quedaban mis últimos 25.000€, los saqué, por cierto, para lo que tuve que esperar una cola de cerca de tres horas, y firmar una serie de documentos que en mis buenos tiempos, no eran necesarios, pues solamente con decir que había llegado Luciérnago y con poner mis cojones encima de la mesa, aquellas viejas empalagosas que comentaban el capítulo de un serial infumable que llevaban emitiendo en la televisión autonómica desde que Clemente entrenaba a España o cosa así, se apartaban a un lado y sin firmas ni requilorios, realizaba mis gestiones en un santiamén.
Ya con mi dinero y la barriga llena, pues en el intervalo de hacer cola, me había zampado un café con leche, dos zumos de naranja y tres bocadillos de lomo con roquefort, desayuno este al que yo solía llamar el 1-2-3, porque iba subiendo como pueden observar en las consumiciones de modo ascendente, volví a casa. Al poco tiempo, asomó el tipo de la boina, y sin mediar palabra me entregó el paquete y yo le entregué el dinero.
Abrí la pesada caja, con la leve sospecha de que me hubieran podido dar gato por liebre, y pidiéndole a dios que la cachusnicof o como se llamara tuviera manual de instrucciones en cristiano. Por suerte lo tenía.
1. Coja la pistola.
2. Apunte a su enemigo
3. Dispare.
4. Corra!
 
Así me gustan a mí las instrucciones coño, claras y concretas, no estos manuales en 54 idiomas y en los que no se entera uno de nada.
Para almorzar pedí al asador de enfrente 3 pollos asados con sus patatas, pimientos y botella de Rioja del 67 que aún no había probado, pero sí que está diferente que la del Macrodona...
Me tumbo a dormir la siesta, pongo la alarma a las 17:13, me gusta todo lo que acaba en 13, para que me dé tiempo a tomar un carajillo, preparar mi arma y salir al encuentro de mi amigo.
El carajillo me sienta de muerte, le echo 3/4 de whisky y el resto de café, me entono y voy por la calle con mi pistola al hombro entonando aquello de "a quien maneja mi barca que a la deriva me lleva"
Me para un policía, le digo que voy a una exposición de arte antiguo y me deja seguir, o porque me cree o porque le dejo de propina 2500 euros que tenía preparados por si se presentaban imprevistos.
Me escondo tras unos contenedores en la esquina de la cita, son las 17:58 y 44 segundos. Este simplón no viene. Pasan 45 segundos, de repente una sombra se dibuja a lo lejos, un abejaruco cuelga de su brazo, no cabe duda, tiene que ser él. Viene solo, se para en la esquina, me sitúo la pistola en posición de disparo, inspiro, respiro, inspiro, respiro, cargo, apunto...., fuego!
La bala impacta en el pecho de Chema, el cual cae al suelo entre extertores y con una gran mancha de sangre. Me aproximo a él triunfante, bailando el Danza Kuduro, cuando de repente Chema se levanta. Me agarra de la solapa, se quita la chaqueta y el agujero y la sangre... ¡han desaparecido!
Un policía me esposa y me lee mis derechos, me explica que la bala que he usado es de fogueo, que tenían ganas de echarme el guante, que el jefe de toda esta operación ha sido Pepe Lota Pinchada y que voy a pasar una buena temporada a la sombra, perdiendo el honor y sin cobrar nada...
Fin.

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